Capítulo uno: Luna azul

3457 Words
Capítulo uno: Luna azul Valesheka “Hoy hay luna llena y dentro de unas horas me transformaré en licántropo. Quise alejarme lo más que pude del pueblo, así que me adentré a lo más profundo del bosque para evitar que alguien del pueblo salga herido. Estoy listo, el miedo sigue dentro mío pero necesito dejar la cobardía atrás. No hay nadie aquí a mi lado, estoy completamente solo. Tampoco tengo a una manada en la cual apoyarme así que no me queda nada más que enfrentar esto por mi propia cuenta. Las brujas consiguieron unas yerbas que me ayudarían a disminuir mi fuerza. Las he estado tomando por varios días pero no ha sido muy agradable que digamos. El líquido de la infusión era tan ácido que no pude beber la dosis que me recomendaron, solo pude soportar la mitad. Tuve que prolongar los días de la ingesta pues tenía que terminarlo por completo o en cambio no habría cambio alguno en mi fuerza. Falta menos de una hora para que la luna esté en su todo su esplendor. El dolor en mi cuerpo se hace cada vez más presente. Siento como la sangre dentro de mí empieza a quemarme vivo. ¿Cuándo terminará todo esto?” Eso fue todo lo que pude leer hasta ahora. Después de salir del estudio fui directamente a mi habitación. Me encerré en él y comencé a leer las primeras páginas. Todo este tiempo que pasé en mi habitación pude escuchar la conversación de los chicos abajo en el comedor. Planean encadenarme, no sé en dónde pero quieren hacerlo para que no lastime a nadie en el pueblo. No los juzgo, pero no sé si una cadena será lo suficientemente fuerte como para detenerme estando ya transformada. Paso a la siguiente página y está completamente vacía, salvo por grandes manchas rojas de sangre en ella. Me pregunto qué le habrá pasado al antiguo dueño del diario para que haya dejado la página así. Volteo otra hoja más y veo que esta tiene escrituras. “Fue difícil, pero milagrosamente pude sobrevivir. Siento que todos mis huesos se rompieron en mil pedazos y que mis músculos fueron la arcilla de alguien más. Estoy destrozado. Creo que lo peor es que sé que no hay nada ni nadie que pueda ayudar a aliviar este dolor. No tengo ningún recuerdo de lo que sucedió ayer. Cuando desperté vi tres cuerpos completamente desmembrados al lado mío. Por su apariencia pude notar que eran humanos y creo ser yo el responsable de este desastre. Creí que no había nadie cerca en esta zona y fue por esa misma razón que me quedé aquí, en verdad no quise lastimar a nadie. Esa fue mi principal razón para alejarme de todos, pero hay una parte dentro de todo este sufrimiento que no se lamenta el haber logrado salir. Son breves destellos que vienen a mi mente pero puedo sentir cómo se extienden en mi pecho. El sentirse verdaderamente libre, lo fuerte y rápido que puedes correr. Es como si volaras. La sensación picosa pero agradable de la grama bajo los dedos de mis pies. Sentía que podía hacer cualquier cosa. ¿Cómo algo tan agradable pudo haberse convertido en una tragedia? Espero que para la siguiente luna, mi transformación sea menos dolorosa y más rápida. Lo que pasó ayer, no volverá a pasar… Haré lo posible para evitarlo. Temo volver a perder el control, tendré que aprender a vivir con ello pero espero poder hacerlo mucho mejor de lo hice esta primera vez. También necesitaré mucho apoyo, a alguien que me detenga cuando esté a punto de cometer un grave error o que al menos tenga más control de sí mismo. Buscaré a más personas como yo”. Dejó el diario de lado y me detengo a procesar todo lo que pude leer. Intento mantenerme calmada pero cada vez que recuerdo la parte de transformación no puedo evitar pensar en lo que podría pasarme dentro de unas horas. Probablemente sea la experiencia más dolorosa en toda mi vida y ni pensar en el riesgo en el que están las personas del pueblo. Me levanto de la cama en la que estaba sentada, voy por mi mochila y empiezo a meter en ella algo de ropa. No puedo permanecer más tiempo aquí en el pueblo, necesito irme lo más lejos posible. Salgo de mi habitación no sin antes guardar el diario dentro de la mochila y bajó las escaleras. Me doy cuenta que todos están mirándome. Hacen un ademán de querer pararse y apresuro mis pasos para salir de una vez. Una vez afuera comienzo a ir en dirección al bosque pero empiezo a sentir algo raro, como si alguien estuviera detrás mío. Empiezo a sentirme ansiosa pero aún así no me detengo y sigo mi camino. –¿Val te encuentras bien?–escuché una voz familiar a lo lejos. Me vuelvo y encuentro a Cordelia detrás mío. ¿Me habrá seguido todo este tiempo? – Sí, sólo quiero estar sola un rato– le miento tratando de zafarme de su compañía. Vuelvo a caminar pero siento como me cogen del brazo y por instinto tiro de éste queriéndome soltar. Me giro a ver a Cordelia pensando que ella me había tocado pero la encuentro tirada en suelo. Hago el ademán de querer acercarme a pero Noah aparece de la nada y la ayuda primero. – ¿Cordelia, estás bien?– le pregunta Noah. – Creo que sí, no sé qué me pasó– se levanta lentamente y se sacude el polvo en su cuerpo. Recuerdo el movimiento que hice hace unos segundos tratando de soltarme… ¿Habré sido yo la culpable de haber lastimado a Cordelia? –Fue mi culpa, yo te lastimé– murmuré horrorizada mientras retrocedía queriendo huir. no se porque lo hice, yo nunca le haría daño a Cordelia, pero lo hice. – Val no pasa nada. Tranquila... –Cordelia intenta tomar mi mano. –¡No me toques! ¡No quiero hacerte daño!–grité al borde de las lágrimas. No aguanté más y salí corriendo alejándome de ellos. Me siento tan furiosa conmigo misma. No puedo creer que haya herido a Cordelia. Me siento tan mal por no poder controlarme, es como si mi mayor miedo se hiciera realidad una y otra vez. Sigo corriendo hasta más no poder cuando varias imágenes vienen a mi mente. Harding. Recuerdo que él y yo estábamos riéndonos en una cama. De pronto comienzo a sentir mi cuerpo cada vez más ligero y mi visión empieza a nublarse. Trato de dar unos pasos pero una gran presión en mi pecho me impulsa hacia adelante con una gran fuerza que me hace cerrar los ojos. Traté de permanecer consciente y en control de mis sentidos pero ya no pude escuchar los sonidos del pueblo. Carros, personas, música… nada. Es como si me encontrará en un espacio muy diferente a mi realidad. Poco a poco unas manchas de colores y sensaciones se hacen presentes y todo mi panorama se hace más claro. Evidentemente ya no estaba en el pueblo, podía sentir el picor del pasto bajo mis pies descalzos. Bajo la mirada hacia mis pies para confirmar si estoy alucinando o no pero me distraigo al ver varios agujeros en mi pantalón. La piel expuesta de mis piernas tenía heridas abiertas pero por alguna extraña razón, no podía sentir dolor o ardor alguno. Lo que más me sorprendió fue que a los pocos segundos de haber notado las heridas, estás mismas comenzaron a cerrarse y a curarse por sí solas. Estaba muy confundida con todo lo que me estaba sucediendo en ese momento, no sabía en dónde estaba y sobre todo el cómo había llegado aquí. Nuevas imágenes se presentaron en mi mente junto a un gran dolor de cabeza que se hacía cada vez más grande. Mis ojos se abrieron de golpe cuando entendí el contexto de los recuerdos perdidos que volvían a mi memoria. Recuerdo sangre en mis manos y mi rostro manchado de sangre pero no cualquier sangre, logró ver el cuerpo inerte de quien fue mi bulí por mucho tiempo. –Ariana… yo le quité la vida– murmuré con miedo. Las lágrimas empezaron a caer en mis mejillas, me sentía tan perdida porque ya no podía reconocer quién era en verdad. ¿Realmente fui capaz de causar tanto dolor a esas personas?. Mi llanto se hizo más fuerte y me abracé a mi misma tratando de encontrar algo de confort, pero en el fondo sólo podía sentir que era el ser más despreciable del planeta. Quiero acabar con todo esto, necesito encontrar algo que me ayude a calmarme. Sé la magnitud que tiene este don pero debe haber una manera en la que pueda dominar este poder o al menos que impida que me convierta en una amenaza mortal. No recuerdo cuánto tiempo me quedé en esa misma posición pero me sobresalté al escuchar una voz conocida. Volví a mi realidad y pude reconocer que me encontraba dentro del bosque. No olvido el sonido que escuché, así que me volteo y encuentro a Harding detrás mío. – ¿Estás bien?– me preguntó preocupado. No sé si la razón de su preocupación se debe a lo que pasó con Cordelia o por el estado en el que me encontraba. Seguramente notó mis ojos irritados y el color rosa de mi rostro por la lloradera que tuve hace un momento. Sus ojos verdes me miraban con cuidado, sé que quiere ayudarme pero dudo mucho que lo logre. Ya ni sé si verdaderamente hay algo que lo haga. Me siento muy culpable, yo maté a Ariana. Eso activó el gen de licantropía, tenía miedo de preguntar porque sabía que tenía que matar a un humano, pero nunca pensé que yo mataría a Ariana, muchas veces desee su muerte pero nunca pensé que yo la provocaría. – Vete, te puedo lastimar–le respondo tajantemente. No quiero responderle así pero necesito que se aleje lo más que pueda de mí. Harding decide ignorarme y se acerca más a mí. – No lo harás, solo respira– él mueve sus manos en un instinto de que me tranquilice. – ¡Eso no lo sabes, podría explotar en cualquier momento! No te conviene estar cerca de mí– él se acerca en pasos pequeños a mí. –Val, no se lo que debes estar sintiendo en este momento pero tienes que calmarte. – ¡Yo la mate!– mi voz se quiebra al final. – ¿A quién? – Yo maté a Ariana– murmuró en un tono bajo. Él no se sorprende, logro ver un poco de tristeza en su mirada. – Lo sé. Pero eso fue hace tiempo, no estabas consciente– yo niego con la cabeza. – no lo entiendes, yo goce matarla. sentir su pulso tan cerca de mi boca y su sangre. fue la mejor experiencia, eso soy, soy un vampiro.– él me mira con real asombro, poco a poco el éxtasis se comienza a apagar y solo siento tristeza– Pero lo único en lo que pienso es en su mamá, ella debe de estar muy triste y vuelvo a pensar en que ella tenía muchas cosas que hacer en este mundo. Y vuelvo a sentir furia porque si ella hubiese invertido su tiempo en los estudios, en vez de molestarme no estaría muerta, lo que me hace sentir mas furia porque ella era una persona horrible conmigo igual que tu. – se que estas molesta, pero intenta no enfocarte en la furia y busca el amor dentro de ti. – No puedo, por más que lo intente no lo logró–más lágrimas vuelven a salir, trato de limpiarlas lo más rápido que puedo pero Harding quita mis manos de mi rostro y me envuelve en sus brazos. No me opongo a su abrazo y finalmente me derrumbo sobre él. Apoyo mi cabeza en su pecho y automáticamente puedo sentir su olor. No recuerdo del todo el tipo de relación que tuve con él, pero su aroma a pino fresco causa un efecto reconfortante en mi. –Ay Val, si tan solo supieras que hay personas que te aman y en las que puedes confiar. No te encierres en ti misma, no estás sola–me susurra mientras acaricia mi cabello. –Puedo lastimarlos, no sé por qué no pueden ver eso. Soy un peligro para ustedes y sé que debo hacer algo al respecto pero no sé qué hacer. Estoy perdida–me acurruco más en él. – No te preocupes, te ayudaremos– siento que se separa un poco de mí y saca algo de su bolsillo. Mi instinto me advierte de una amenaza y le arrebato lo que al parecer era una jeringa con un liquido amarillo dentro. –No debiste meterte con un licántropo en luna llena– me acerqué a él violentamente y lo empuje con una fuerza descomunal al suelo provocando que se retuerza del dolor por unos minutos. –Val, solo quiero ayudarte…–me confiesa entre dientes mientras trata de levantarse, pero el dolor se lo impide y se deja caer de nuevo al suelo. Siento como el enojo vuelve nuevamente y mis ganas de herirlo aumentan. – No necesito tu ayuda. Realmente pensé por un momento que podría confiar en ti, pero veo que me equivoque. Será mejor que te vayas o peor aún que te escondas, porque no sé de lo seré capaz si sigo viendo tu mugrosa cara. – Val... – ¡Lárgate!–le grité y de un impulso lancé su cuerpo contra un árbol. No me detuve a ver si estaba vivo o no, siendo sincera ya no me importaba. Lo ignoré completamente y seguí mi camino hacia el bosque más cercano para poder transformarme. Harding Veo como Valesheka se va alejando sola hacia lo más profundo del bosque, esto será más difícil de lo que pensaba. Con mucho esfuerzo me levanto del suelo algo aturdido y regreso a la casa. Los chicos me esperaban en el salón principal, al llegar se voltearon todos expectantes a verme en el umbral de la entrada, seguramente esperando que fuéramos dos los recién llegados. Al verme solo y en este estado, suspiraron y me ayudaron a entrar hasta el salón. Nuestro plan consistía en sedar a Valesheka y encerrarla en el sótano para que en el momento de su transformación se encuentre en un espacio relativamente seguro, tanto para ella como para todos en el pueblo. Me ofrecí a ir a buscarla porque creí que la haría entrar en razón o al menos en calmarla, pero terminó siendo todo lo contrario. –Lo siento, chicos. Es más terca de lo que pensamos. Traté de hablar con ella pero casi me mata en el intento–confesé mientras me tumbaba en el sillón. Mi cuerpo me lo agradeció infinitamente. Aún siento mucho dolor, mayormente en la espalda y en el torso, pero me alegra poder recostarme un rato. –Está bien, sabíamos que era probable que reaccionara así Harding– Matt palmea mi espalda. –¿Qué haremos ahora?¿Iremos todos a buscarla?–Cordelia mira a su hermano. –No. Ya pronto anochecerá, tenemos que vigilar la zona y decirle al pueblo que se encierren en sus casas. Tenemos que aprovechar cada segundo que tenemos para prepararnos y estar listos para antes de la medianoche. –Lois y yo nos encargaremos de eso, ¿Cierto Lois?– dice Logan mientras se acerca a Louis y le muestra su puño en busca de una respuesta. Lois se ríe por lo bajo y le corresponde. –Por supuesto– dijo Lois antes de salir de la casa junto a su amigo. –Bueno, yo no me quedaré aquí mientras que Val está sola por allá en algún lado. Iré yo a buscarla– dice Cordelia mientras toma otra jeringa que teníamos preparada con el sedante. –Cordelia, no tienes ni idea lo letal que es la mordida de un licántropo. No puedes ir sola esperando que todo vaya a salir bien– Matt se enoja y trata de quitarle el sedante a su hermana. –Tú no lo entiendes. Es mi mejor amiga, no puedo dejarla sufriendo. Pronto se convertirá y no habrá nadie a su lado que la ayude. Debo ir y estar con ella-dice Cordelia con la voz entrecortada mientras esconde la jeringa detrás de ella. –Cordelia no estará sola, yo la acompañaré– Noah se levanta y se posiciona al lado de Cordelia. La toma de la mano mientras la mira con cuidado y le quita el sedante. Están completamente locos, ¿Realmente son conscientes a lo que nos estamos enfrentando?– Matt se acerca a ellos, pero yo lo detengo tomándole del brazo mientras niego disimuladamente. –¿En serio me acompañaras?–le pregunta Cordelia a Noah. –Claro que sí– él hace un ademán de querer abrazarla a lo que Cordelia le corresponde y unos segundos antes de tocarse, Noah en un rápido movimiento le inyecta el sedante en el cuello provocando que ella caiga en sus brazos. –Eso no lo vi venir-dice Matt sorprendido. –Amo a mi hermana, pero sé que en este momento no puedo confiar en ella–Noah deja a Cordelia en el sofá. Veo a Diego en una esquina más no se acerca a nosotros. Últimamente lo he visto muy callado, más de lo normal. Se que se queda muchas horas dentro de la casa y sale muy rara vez de esta. –¿Te encuentras bien?– le pregunto mientras me siento a su lado. Casi nunca hablamos, Valesheka y Cordelia son más cercanos a él. Recuerdo que era muy solitario en la escuela, era el único gay de la escuela por lo que su cercanía con Val nunca fue una amenaza para mí. –¿Crees que regrese?– me mira con sus grandes ojos color avellana. –¿Valesheka? –Sí –Ella nos recordará y regresará, así como era antes. –Tengo miedo de que ella no vuelva a ser la de antes. Ella nunca hubiera matado ni siquiera una mosca y mira lo que le hizo a Ariana y Habram. Sé que él no era una buena persona, pero Valesheka nunca se atrevería a tanto. Y ahora lo que hizo con Cordelia… –Ella estaba asustada. Cuando sus padres fallecieron ella estaba igual, solo que ahora tiene mucho más poder del que tenía en ese entonces y no sabe cómo controlarlo. Es lo que me digo a mí mismo, porque la segunda opción es aterradora. No quiero no volver a saber de la chica que amo, sé que le he causado mucho daño pero no quiero alejarme de ella. Ya sé lo que sentí cuando estuve sin ella y no quiero volver a sentirlo otra vez. –Espero que todavía siga ahí. Bueno, iré a ayudar a Alex. Diego se levanta y se coloca al lado de Alex. Me doy cuenta de la intensa mirada de Alex sobre su amigo. El es muy reservado y no habla mucho con el resto, al igual que Diego. Me levanto y voy a la habitación de Valesheka, quizá allí encuentre una pista o algo que ayude a encontrar el lugar a donde se fue. Al llegar a la habitación todo está muy ordenado y como siempre huele a lavanda. Empecé a buscar por estantes y escritorio pero no encontré nada. Me acerco a su cama y veo que hay un papel y un anillo sobre la mesita al lado de esta. Me doy cuenta que la joya no es una joya cualquiera, es un anillo solar. Uno muy hermoso para ser honesto. Es de color dorado con un zafiro en medio. Vuelvo mi vista al papel y veo que efectivamente es una nota de Valesheka. Una nota no muy larga ya que solo tiene tres simples palabras. “Diego, sé libre”. Cierro la puerta de su habitación sin respuestas sobre el paradero de Val pero me llevo una gran esperanza dentro. Bajo las escaleras y me acerco a Diego, sin decir nada le entregó la nota y el anillo. Al principio se sorprende por el acto tan repentino pero tras leer la hoja, lleva el anillo a su pecho y lo cubre con la palma de su mano. Me mira con unos ojos brillantes, casi llorosos y me regala la sonrisa más sincera que he podido ver en él. – Ella sigue ahí todavía– sin responderle le sonrió mientras le doy un apretón en el hombro y lo dejo a solas.
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