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1199 Words
— No pequeña, el dinero que tu padre me debe es de los Lombardi, soy mitad dueño de este sitio pero la otra parte pertenece a esa familia, así que serás vendida para pagar la deuda de tu papasito y eso es todo, entre más rápido te resignes es mucho mejor. Constanza no tuvo más opción que aceptar su destino, la única persona en la que pensaba era su abuela pero confiaba en que Lola estuviera al pendiente de la anciana que las había criado casi juntas. Ella fue llevada a una casa completamente diferente, aquí todo era lujo entonces supo que su virginidad tenía un alto precio. Adrián se encontraba en el burdel elegante, necesitaba hacerse cargo de los negocios de su padre a pesar de que no tenía la potestad absoluta. Estaba intentando concentrarse sin embargo no podía debido a los gritos de una mujer, se levantó furioso de su silla y caminó a grandes zancadas en dirección a esa voz tan molesta. — ¡¿Qué demonios está pasando?! — él se llevó las manos a sus oídos — por un demonio callen a esa mujer, amordacenla o vean que hacen pero necesito que cierre su maldita boca de una jodida vez. En el momento que Adrián miró a la chica a través del cristal pudo reconocerla, era aquella pobre chiquilla que le suplicaba a su padre que regresará a la casa. Él le pidió información al hombre sobre la mujer y le extendió una carpeta en donde se encontraba cada detalle de ella. — Así que la mandaron de aquel burdel de mala muerte — él se puso a reír — vaya, es virgen. Eso es demasiado dinero en juego, puede ser subastada exactamente por lo mismo que su padre me debe. — Así es señor — su subordinado habló mientras tenía la cabeza hacía abajo — ella es virgen, ya hemos subido la información al sitio web para que los mejores clientes vengan a ofrecer dinero por la chica. — Muy bien, estaré en mi oficina y por favor denle un sedante a esa loca. A este paso me va a dejar sordo. Adrián se fue a encerrar a su oficina y el silencio se volvió a instalar en el burdel, intentó trabajar sin embargo se le hizo imposible ya que no dejaba de pensar en Constanza. Comenzó a analizar su situación y al final después de varias horas llegó a una conclusión, si su padre quería que se desposará con alguien en definitiva lo iba a hacer. — Mark — él habló por teléfono — ya tomé una decisión, voy a hacer lo que mi padre me pidió y le daré lo que tanto desea. — Así que te vas a casar, ¿Se puede saber con qué persona? Te recuerdo que tienes que contar con mi aprobación ya que quedó estipulado en ese testamento. Mark lejos de querer abusar del poder que el difunto señor Lombardi le había dejado tomó la decisión de que trataría de encontrar una esposa buena que pudiera controlar el diablo que su amigo tenía, Adrián no era una mala persona pero tenía que admitir que no tomaba las mejores decisiones cuando se encontraba enamorado o molesto. Se había criado sin su madre que eran las que estaban a cargo de criar a sus hijos con nobleza en su corazón y también a pensar con sensatez ante los problemas. — ¿Recuerdas a la chica que estaba en el casino la otra noche? — él respondió de manera afirmativa — ella se encuentra en mi poder, su padre me debe mucho dinero y decidió venderla ya que es virgen; esa niñata es la indicada. Un silencio se apoderó del otro lado de la línea y luego el sonido cuando cuelga se hizo presente. Adrián iba a desposar a esa chiquilla pasará lo que pasará, sabía que Mark al inicio no lo iba a aceptar pero en sus adentros se decía que él iba a terminar por ceder cuando viera que las candidatas que iba a escoger solamente eran prostitutas con una larga trayectoria. Al revisar el sitio web miró que ya varias personas habían pujado por ella y decidió competir, el rostro de Constanza no se miraba en absoluto ya que estaba con un antifaz sin embargo él sabía que se trataba de la misma chica debido a que era la única virgen que se estaba subastando en ese día. La cifra con la que inició fue de dos millones, el silencio se apoderó del portal y luego una persona subió la apuesta a 2.5 millones. Adrián colocó la cifra de 12.5 millones justo en el momento que Mark cruzaba la puerta de su despacho, al ver la laptop de su amigo se quedó helado por la cantidad que él había puesto. Todas las pujas se detuvieron en ese momento y la persona que estaba luchando en contra de Lombardi tomó la decisión de simplemente retirarse de la subasta. — ¡¿Acaso te has vuelto loco?! — Mark le gritó a Adrián — definitivamente solo una persona fuera de sus cabales hace lo que tú has hecho en este preciso momento, supongo que sabes que tienes que pagar la cifra por la que compraste la virginidad de esa mujer sin importar el hecho de que seas el dueño de este local. — Si, soy consciente de ello. Pagaré una vez que ella se casé conmigo y cobré la herencia que mi padre dejó para mí junto con esa estúpida condición — Adrián habló con resentimiento — todo porque no soportaba verme soltero, si no apruebas a esa chica desde ya te digo que voy a seguir escogiendo y cada vez va a ser peor. — Espero que seas consciente de que en caso de que hagas tal cosa tampoco voy a dar mi aprobación. Tu padre lo dispuso en el testamento. — Pues me parece perfecto, en tal caso lo que voy a hacer es comenzar de cero haciendo mi propio negocio. Si piensas que me da miedo hacer eso desde ya te digo que te encuentras más que equivocado, si no lo hago en estos momentos es porque quiero reclamar lo que por derecho es mío. Mark conocía lo suficientemente bien a Adrián como para saber que lo que estaba diciendo era capaz de hacerlo, él iba a meterse en serios problemas debido a tal cosa y terminaría siendo más infeliz al lado de una mujer que probablemente le intentaría sacar hasta el último centavo de lo que ganaría. Además sabía que su amigo podía manejar el puesto que el difunto había dejado vacío, no era conveniente que otra persona enviada por los altos mandos ocupará tal sitio. — La chica se mira que es buena persona — él admitió — así que si, tienes mi aprobación para casarte con ella, todo es cosa que la futura esposa que Adrián Lombardi quiere desee caminar al altar. — No necesito de la aprobación de esa chiquilla, la he comprado Mark quiero que lo entiendas de una buena vez. Ella debe ser obediente a mí y a nadie más, así que no tiene más opciones que ser mía…
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