SU MUJER, PLACER QUE EXCITAUpdated at Jul 30, 2025, 09:38
Ella nunca tuvo opción.
Vendida, doblemente encadenada a apellidos que nunca pidió, a un destino que le arrebataron desde la sombra. Primero, Matthew Dufort, un hombre que confundía disciplina con abuso, quien la moldeó en silencio, en una casa de hielo donde el miedo era su único resguardo. Después, Nicky Smith, un empresario que compró su cuerpo antes de que ella pudiera entender que todavía era propiedad de otro, atrapada en un juego de poder disfrazado de oportunidad.
Alai Tremblay aprendió a callar para sobrevivir. Tres años encerrada en una vida que no eligió, sus palabras ahogadas en la opresión de un matrimonio que nunca fue amor, solo un contrato de silencio. Hasta que la tormenta llegó. Hasta que el hielo empezó a fundirse y el verano se convirtió en su peor verdugo.
Pero la libertad que anhela nunca llegó. No podía escapar, porque nunca fue realmente libre. La firma la selló a otro hombre, a otra jaula, oculta tras una falsa promesa de oportunidad. Nicky Smith no es Matthew Dufort, pero su violencia tampoco es física. Es un silencio mortal, una estrategia turbia, palabras que suenan a oferta, pero huelen a condena, un veneno disfrazado de poder.
Entre ambos, hay una tensión que nunca se resuelve del todo. Nicky, con sus ojos tan fríos y cálidos a la vez, sabe que Alai no es solo una pieza en su juego. Ella lo mira, desafiante en su silencio, con una chispa que él no puede ignorar. ¿Es ella víctima, o tiene en sí misma la chispa de algo más oscuro? ¿Es ella solo lo que dicen, o también es aquello que ningún corazón debe descubrir?
Alai no quiere obedecer. No quiere pertenecer. No quiere ser otra pieza en el tablero de un hombre que la considera solo una transacción. Sin embargo, entre ellos, la línea que los separa puede ser tan difusa como peligrosa. Y en ese juego de sombras, la duda crece: ¿quién realmente domina? ¿Y quién es el que de verdad está a punto de perder?
Para ganar, debe romper todas las reglas. Para sobrevivir, tendrá que convertirse en algo que él nunca vio venir. Porque esta vez, no va a esperar a que el invierno consuma su alma.