Casada con un canallaUpdated at Jan 15, 2023, 23:26
Sus labios rozan mi mejilla, una mano recorre mi cintura y me estremezco, no tarda en llegar hasta mi pecho provocando que un gemido salga sin yo quererlo, al sentirlo entrar en mí no puedo evitar sentirme culpable, soy una horrible persona por disfrutar de él, por amar al hombre que se aprovechó de mi hermana mayor, al papá de mi sobrino.
Podría haceros un breve resumen de cómo llegué hasta aquí, pero entonces no me entenderíais y me juzgarías tan duramente como yo misma me estoy juzgando, así que solo os dejaré haceros una idea:
Mi hermana, Teresa, y yo crecimos con nuestro padre, mi mamá falleció por una grave infección en los pulmones, él siempre ha sido muy autoritario y exigente, con una tendencia machista, mi hermana no aceptó eso, se reveló, haciendo lo que quisiera, en el punto más crítico de su vida, conoció a Sebastián, se enamoró hasta la médula de él y quedó embarazada, cuando le dió la noticia él negó rotundamente ser el padre y cualquier responsabilidad, poco después falleció por la misma infección que mi madre años atrás.
Aquí entro yo, Carolina, aunque todos me llaman Lina, al fallecer mi querida hermana mi padre se negó a hacerse cargo del bebé, en su lugar me ordenó que buscase a su padre y le exigiese su apellido y una generosa manutención, puesto que aquí, en Teruel, todos nos conocemos y sabemos que proviene de una familia muy rica.
Eso hice, y sí, di con él y conseguí su apellido, a cambio de una condición la cual mi padre me obligó a aceptar, que me casara con él para mantener ciertas apariencias, no debía nombrar nunca a mi hermana, a partir de ese momento la mamá de mi sobrino era yo.
Sebastián
Una tal Carolina ha venido hoy exigiendo los derechos sobre su sobrino, dice que es mi hijo, o de mi hermano, en realidad ella solo conocía nuestro apellido, mi madre ha decidido, por todos, no montar un escándalo de todo esto, mi hermano está apunto de casarse con una mujer que nos beneficiará a todos, empezando por salvar nuestras deudas y la empresa familiar.
La única solución que se nos ha ocurrido es fingir que yo soy su padre, casarme con ella para callarla y no provocar chismorreos, aquí todos nos conocen, no es algo que quisiera precisamente ahora, estoy en el mejor momento de mi vida, no faltan amantes en mi cama y viajo cuando quiero y dónde quiero, pero he de reconocer que me gusta, la joven es atractiva, sus labios me invitan a besarla y estoy seguro que debajo de esa ropa holgada se esconden bonitas curvas, así que acepto el trato que me sugiere mi madre, continuaré con mi vida privada, mientras disfruto de la delicia de mi nueva esposa y a la vez, salvo a la familia, ¿qué podría salir mal?