La falsa prometida del griegoActualizado el May 7, 2025, 16:41
Camila siempre había sido la sombra tranquila de su hermana gemela, Casandra. Mientras Casandra abrazaba con audacia el peligro y el lujo del mundo mafioso, Camila anhelaba una vida sencilla, lejos del caos y la violencia que definían a la familia de Chicago. Hermosa pero reservada, Camila siempre había sentido que no encajaba en un universo regido por alianzas oscuras y lealtades quebradizas.
Un día, llena de determinación, decidió escapar, dejando atrás el apellido que la ataba a ese destino. Durante años, vivió escondida, construyendo una vida humilde donde podía ser simplemente Camila. Pero su nueva paz se vio rota abruptamente cuando recibió una llamada de Cassio Russo, el líder de la mafia de Chicago y esposo de su hermana Lisa.
—Casandra ha desaparecido —le dijo Cassio con una mezcla de furia y desesperación—. Y necesitamos que vuelvas, ahora.
Camila intentó negarse, pero lo siguiente que Cassio le explicó la dejó sin palabras. La desaparición de Casandra ponía en riesgo una alianza crucial entre la mafia de Chicago y la mafia griega, liderada por Nikolai Konstantinos, un hombre tan temido como respetado. Casandra estaba comprometida con Nikolai, un acuerdo diseñado para consolidar el poder de ambas familias. Si la boda no ocurría, la alianza se rompería, y eso significaba guerra.
—Tienes que tomar su lugar —insistió Cassio—. Nadie más puede hacerlo.
Camila sabía que no tenía opción. Volver significaba enfrentarse a todo lo que había dejado atrás y exponerse a un mundo que la aterrorizaba. Pero más allá de eso, sabía que debía hacerlo por Casandra, quien siempre había protegido a su hermana menor.
Cuando llegó a Chicago, se encontró cara a cara con Nikolai. Alto, imponente y con una presencia que podía llenar cualquier sala, sus ojos oscuros se posaron sobre ella con una intensidad que hizo que Camila sintiera que podía leerle el alma.
—Llegas justo a tiempo, Casandra —dijo Nikolai, con un tono gélido que no dejaba lugar a dudas de quién tenía el control—. Espero que estés preparada para cumplir con lo que se espera de ti.